{La verdad sea dicha, nunca he sentido, tras escribir unas líneas, una satisfacción pareja a la presente.
Un "Ji, Ji, Ji" malicioso de enfant terrible recorre mis entrañas y me regocija hasta lo inefable.
Nunca le podremos devolver la suficiente gratitud a quién descubrió esa poderosa herramienta que es la Venganza Literaria.
El siguiente cuento inacabado (que tras leerlo juzgo mejor que acabado) constituye la introducción a una micro-novela en la que ando trabajando, y jugaría, según entiendo, un papel análogo al del micro-relato "El Castillo" en "El Proceso" de Franz Kafka}
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´LA MUJER QUE FUÉ CONDENADA POR MATAR A UN HOMBRE CON SU MIRADA`.
[Te prometí que escribiría este cuento cuando aún me amabas.
Y seguro creíste que después de como acabó todo lo olvidaría, pero ha resultado al final tener aún más razón de ser ahora, que no se ya si te amo, te odio, o me santiguo al oír tu nombre.]
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Ahora ya es una convicta. La mujer que, no se sabe como, logró matar a un hombre con su mirada resultó culpable a los ojos del jurado y hoy se halla presa de la justicia.
Todos se despertaron hoy con esta noticia. En la mente de toda la nación está el peculiar caso, aún con sombras, de la chica de veintitantos años que se declaró culpable del paracientífico homicidio, y es que, a pesar de las nulas pruebas periciales, como alegaba la defensa en un principio, algo debió ocurrir dentro de aquella sala del juzgado que, sigue sin saberse como, no dejó otra opción a los magistrados que declarar la condena sin fianza y el ingreso en prisión con efecto inmediato. (Por aquello de la seguridad ciudadana)
Se dice incluso que, aunque se produjera de esta y no otra manera, en realidad ella no solo puede matar a un amante con su mirada, sino también con una palabra, o un gesto de desagravio,.. ¡O tan solo de hastío!
Dicen tambien las malas pero versadas lenguas que, a tenor de lo que relatan los testimonios de sus ex-parejas, el problema no está en la mirada, o en las palabras, o en este o aquel gesto, que es algo más grande lo que subyace y que estas manifestaciones puntuales no son sino una extensión, cito textualmente,"algo desbocada", de una crueldad, también cito textualmente, "bastante inaudita" que habita ese cuerpo, como expresaron sus vecinos de la congregación Ntra. Señora de Los Remedios de los Iracundos Impenitentes.
Una crueldad que, más literal o metafóricamente, habita ese cuerpo, y que no tiene parangón con nada visto, oido, o narrado por ningún cronista hasta la actualidad.
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