Filosofía, Metapolítica, Aforismo, Poesía.

miércoles, 25 de marzo de 2015

"El infierno confortable (II)"

Si vas a pasar una buena temporada en el infierno.. por muy infierno que sea, mejor que te pongas cómodo, sonrías, hagas de tripas corazón, y te lo plantees de forma que el trago sea lo más llevadero posible.

Esta vida no tiene una dirección, en ningún sentido.. Pero puedes pasarla bien, y ya que estamos, no te prives.. de dar todo el mal que puedas.
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Una sabia, y equilibrada, administración de altos y bajos placeres, dije ya que era la única fórmula conocida, no de la felicidad, pero sí de la supervivencia en condiciones aceptables.

¡No olvidar los sined qua non: sabia, y equilibrada! 
No es que sea yo anti-hedonista, tampoco lo contrario. 

En realidad, uno debe ser hedonista en el momento que se provee de placer, y estoico, el tiempo suficiente para que el momento de hedonismo adquiera pleno sentido.

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La existencia humana no tiene un fin concreto ni trascendente, y tampoco fue creada obedeciendo a principios..
..a caprichos de príncipes o dioses. 

No es la aurora ni el ocaso de nada, no es la redención de ninguna fuerza natural o incorpórea,..
¡no más cera que la que arde!, 
no hay un motivo que la justifique, por más que se lo busque.

¡No hay nada, somos una interrogación que tiende irremisiblemente a la negación! 

¡Muerte, muerte, siempre omnipresente, y cuando no muerte, autojustificación!

¿Por qué morimos? .. ¿Por qué morimos?
¿Qué sentido tiene que muramos? .. ¿Qué sentido tiene que vivamos?

Esas son las dos preguntas esenciales que llevamos repitiendo desde que aparecimos sobre esta tierra, aunque hayamos ideado mil y un millón de formas imaginativas de hacerlas, y que, de este modo, hayamos llegado a creer que se trata de interrogantes genuínamente diferenciados.

Y así, hablamos de trascendencia, ya sea en el cielo o en la tierra, ya sea en la descendencia o en la evanescencia... Preguntamos por el sentido del arte, de la filosofía , de la música, de la religión... lo cual es siempre, y en cada una de sus inacabables variantes, una pregunta por nuestra razón de ser, una búsqueda desesperada de una justificación del hecho de que aquí estemos, desde.. y hasta.. no se sabe cuando.

¡Sí! .... Rebelarse contra el materialismo, contra el inmanentismo.. en fin, contra el sinsentido..

Y acudir a las gnosis, misticismos, escuelas espirituales, pasar por todas ellas, 
cabalgar erráticamente entre el positivismo y el pensamiento mágico, 
entre la ciencia dura y árida, y la trascendentalidad ensoñadora..
y andar el camino de ida y vuelta, y volver a desandarlo

¡No! ¡Otra vez no! 
Cada cosa en su sitio, y los dioses en la de todos (si los hubiera)
Los cuentos para la noche, y los sinsabores para la vigilia.

Últimamente, tiendo a pensar que nos iría algo mejor, y nos ahorraríamos muchos de esos sinsabores, siendo un poco más ´animales` y menos ´aspirantes a dioses.`
(Más lobos esteparios que burgueses)
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Rebelarse contra la sociedad, contra el mundo, contra la época que nos ha tocado.
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Época, por cierto, la Moderna (y post-moderna), que conforma nuestra sentir hasta tal punto que, incluso aquellos que nos rebelamos contra ella, LO HACEMOS A LA MANERA MODERNA, Y EN ESO VOLVEMOS A DARNOS CUENTA DE QUE SOMOS, IRREMISIBLEMENTE, HIJOS DE ELLA.

¿Cuantos, si no, han lanzado sus dardos furiosos contra esta diana tan socorrida, ya tan manoseada? 
¿Y cuantos de ellos no lo hubieran hecho, ni apropósito, mimetizando tan fielmente la rebeldía de Robespierre, Rousseau, Marx o Freud?


¡Rebelarse contra la Modernidad con las armas de la Modernidad!...

Meridiano se nos muestra, pues, que no podemos escapar de nuestras circunstancias, de lo que nos conforma.

Es el prometeísmo, entonces, aún en su mejor versión, un fuego fatuo. ¿?

Rebelarse contra el materialismo, contra el dogmatismo, contra la estrechez de miras, contra esto, contra aquello... Total.. ¿Para qué?

No, no es que yo sea fatalista. El Hombre sí puede cambiar el rumbo de su destino..
Pero poco, ciertamente muy poco.. Y en los casos en que ha logrado -queremos suponer- darle un giro de volante in extremis, sólo ha podido en efecto darlo si supo antes, con ese fin, centrarse en unas pocas pequeñas cosas, muy muy concretas, 
porque eran pequeñas... ¡pero en ellas estaba la clave!
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Dicen que el existencialismo es la fase última, y lógica, de la filosofía.
De allí sólo podemos volver a los presocráticos, aunque habría que hacerlo, necesariamente, con un aliento y pulsión nueva; de algún modo, siendo originales retornando al origen.

Pero a lo que yo siempre vuelvo es a la esencia del socratismo, y del nietzschianismo,
ir pegando martillazos aquí y allá, y dirigirse al interlocutor con la mirada de un loco, interrogándolo insistentemente: 
"¿te duele?..
¿te duele?"

 "¿Por qué te duele? ..
¡¡¿Por qué te duele?!!"




                                   
                                           No vamos a hallar las respuestas últimas.. 
Yo ya he renunciado a las respuestas.. 
sólo podemos sacar algo en claro de hacer estas dos preguntas, 
en todas las variantes de las mismas.

No sabremos nunca qué intentan decir exactamente los otros, pero sí, al menos, ir discriminando todo lo que no quieren decir... 

No podremos saber qué significa esta idea o la otra, pero sí todas las cosas que no significa.

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En vez de aquel "cabalgar el tigre", de Julius Evola, 
yo me he propuesto un reto, quizá, más modesto:

 "Habitar el infierno".

Ser consciente de que no es otra cosa, en efecto, este lugar en que un día despertamos, pero enfrentándonos a ello con alegría paradójica..
..ponerse cómodo y disfrutar del espectáculo.

Y, ¿por qué no?, ya que estamos aquí, ¡ser el más ruidoso e irreverente de los bufones, con la constante referencia de aquellos dos, el heleno inquisidor y el germano martilleador!




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