Filosofía, Metapolítica, Aforismo, Poesía.

viernes, 6 de noviembre de 2015

SOBRE LA METAFÍSICA DEL SEXO (I)


[El presente ensayo no guarda relación alguna con el libro de Julius Evola titulado ´Metafísica del sexo`. No obstante, conozco su obra en cierta profundidad y no me es ajena su concepción de esta metafísica, sin compartirla por entero.]

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Nunca antes de hoy fue tan usado el sexo como reclamo, ni se buscó explotar hasta tal punto su capacidad de sugestión. Pero tampoco existió probablemente un tiempo en que su energía, su fuerza fuese menos aprovechada por el ser humano, o en la que se manifestase ésta, por lo general, con más tibieza. 
......

Es sólo la superficie del sexo lo que se vende: la imagen, la atracción inmediata. 

El cataclísmico poder creador de la energía sexual 
ha sido relegado.

Se ha primado la cantidad. 
Se ha descuidado la calidad. 

Se ofrecen impulsos fugaces y alivios rápidos. 

Las febriles inspiraciones y las pasiones inextinguibles, las experiencias límite y los viajes iniciáticos 
apenas encuentran espacio 
en el reinado de la in-media-(ideo)tez...
..........

A primera vista, la sociedad de hoy está hiper-sexualizada. Sin embargo, en un acercamiento más profundo, nos parece más correcto decir que está hipo-sexualizada. 

Lo único que podemos afimar, en rigor, es que está GENITALIZADA.

Pero asumir la genitalidad, la pura fisiología de las respuestas corporales ante señales sensoriales por toda forma que puede asumir la energía sexual es no comprender lo que ésta es ni cuales son sus genuinos potenciales. 

La genitalidad es, pongámoslo así, la expresión más burda -aunque para la mayoría la más placentera, si no la única- del poder de la Libido.

Dibujo de Leonardo Da Vinci:
¿Éxtasis religioso, o más que religioso?
Siento la mayor de las compasiones por quienes no conciben nada más allá de ese burdo mecanicismo biológico...

..Cuán triste debe ser su existencia. 

Apenas puedo imaginar la desdicha que a mí me supondría vivir así sabiendo que otra vida, tumultuosa, volcánica y desbordante, es posible.

Puede ser que aseveraciones como las anteriores les resulten desconcertantes a primera vista. En ese caso, lo más probable es que no se hayan parado lo suficiente a observar que la energía a la que me refiero no es otra que aquella que se identifica con la misma fuerza creadora. 

Por supuesto, es de todos conocida la relación entre el sexo y la creación de vida. Pero son los menos quienes llegan a comprender hasta qué punto es extrapolable a muchas otras maneras de entender la creación y a muchos otros, diré que infinitos, ámbitos de la existencia humana.

Luis Eduardo Aute, cantautor, pintor,
 cineasta, y teólogo controvertido.
La inspiración artística, no toda la inspiración, sino aquella que llamamos torrencial o catártica, es una de las muestras o de los efectos de esta energia que más impresionan a nuestro entendimiento. Por ello es que nos tienta pensar que pueda haber un "espíritu superior" guiando la mente del artista. Y quizá no nos equivoquemos, ya que no tienen porque ser excluyentes: la divinidad y la sexualidad. De hecho, no sería la primera vez que se vincula o incluso se asimila la una a la otra. Así lo ve, por ejemplo, Luis Eduardo Aute cuando asume la certeza de que toda creación es un acto sexual y que, por tanto, "el big bang no pudo ser sino un orgasmo de dios haciendo el amor consigo mismo a tres bandas, puesto que, como todos sabemos, es trino". 

¿Es entonces Dios o La Libido lo que vemos expresarse a través del genio artístico? Tanto da. Y si  tuviese algo de cierto la afirmación de Aute, es probable que vengan a ser lo mismo. 

Dibujo sobre la concepción de aquel 
genio que tantas ideas -hijos intelectuales- 
concibió el mismo,y que habitó la también
en extremo fértil y sensual Florencia del Renacimiento.
Pero insistamos en la primera idea. ¿Por qué empleamos las palabras "torrente" y "catársis"? La primera tiene una lectura obvia y (aceptaré que) jocosa. Pero la segunda también es comprensible, al menos en un nivel superficial, por el común de los mortales. Es algo que debe desparramarse en el momento justo. Arruinaría su propósito si lo hace antes o después: De ahí la importancia del control tanto en el ámbito artístico como en el sexual. Es algo que va creciendo en nuestra psique, en nuestro espíritu, en nuestros chakras -en nuestras gónadas y en nuestro sistema nervioso- que debe ser orientado, sostenido, y sólo catapultado cuando ha alcanzado la cumbre de su desarrollo. Hablamos en cierto modo de un ser vivo que, aún antes de dar como resultado otro ser vivo (uno real en el caso del coito; o una obra intelectual en el caso de la creación artística, científica o filosófica) debemos alimentar, proteger, e incluso reprender, hasta el momento en que sentimos que es nuestro deber lanzarlo al mundo; esto es: dejarlo a su suerte, y que sea ya él quien se defienda por sí mismo.


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