Filosofía, Metapolítica, Aforismo, Poesía.

martes, 15 de abril de 2014

"EL OXÍMORON VITAL II: Lo monstruoso a la luz del pensamiento nietzschiano."


Quiero reproducir, antes que nada, a modo introductorio, un fragmento de los versos que conforman la primera parte de este escrito (Aunque también pueden leerlo completo aquí):
<<¿Como conciliar los estados anímicos más contrapuestos que puedan concebirse? ...//... Derrotado y entreviendo la victoria.. ¿? //¡Aplastado por los insalvables reveses de la vida.. //Y viéndome en un futuro cercano coronando la cima! //Poseido por la NECESIDAD.. //Y a la vez.. con tanto, tantísimo que dar. //¡Aterrado hasta de los crujidos de las gotas de lluvia que capto en el presente instante!..// Y misteriosamente esperanzado de todo lo que está por venir, que hasta me parece oir ya como toca a la puerta.. //¿Como es posible que en estos momentos convivan en mí la melancolía más negadora de vida con una pasión guerrera que envuelve a la anterior en una burbuja  palpitante?//..Y que amenaza con explotar en el momento más inesperado y de la manera más inconcebible. //¿Que cosa acontecerá pués tras la explosión que parece tan ineludible?//Esa es la pregunta que me aterra y me urge conocer a partes iguales.>>

Lo monstruoso es todo! Lo monstruosamente desolador y lo monstruosamente bello.





Esto lo apreciamos mejor que nunca cuando estas dos dimensiones se tocan,
en aquellos raros y terriblemente intensos momentos en que lo uno sale y lo otro entra, 
y lo uno vuelve a entrar,...



y así hasta que se puede atisbar en un infinitesimal instante como se unen misteriosa y aterradoramente.. 

¡La esperanza y la desolación! ¡Todas las posibilidades imaginables, o bien ninguna!
          .........
¡Se nos promete en un mismo fogonazo el mayor de los éxitos y el más lamentable de los fracasos!

No hay nunca términos medios en estos momentos de arrobamiento, en que somos voz de lo extremo.. 
Portadores de lo monstruoso.

Este oxímoron vital, que he sentido en más de una ocasión, aunque nunca con tal fuerza y claridad como en aquel momento en que lo plasmé en palabras.. Tambien alcanza tangencialmente a ese otro concepto nietzschiano, el del Eterno Retorno.

¡Nada hay más arrollador.. Nada que remueva tan profundamente la concepción de lo vital!
¡Nada que ilumine más la verdadera esencia -o sentido- de la vida!

El Eterno Retorno de lo mismo se manifiesta de alguna manera en la certeza de que ese ´LO PEOR, Y LO MEJOR` atisbado -como una promesa- al unísono, ya se materializó, ya existió. Y por otro lado, en que estos no son sino el valle y la cumbre eternizados, no como un destino marcado, sino como una "plantilla" sobre la que dibujamos nuestro devenir, sabiendo que esas dos referencias, las alturas y las profundidades, siempre van a estar ahí, trazadas bajo "el papel de calco" y que, bien podemos sobreponernos, planear, remontar el vuelo y evitar el valle, o bien sentir un repentino vértigo y rodear la cumbre.

¡Pero el telón de fondo de lo monstruoso, de lo abismal... 
la posibilidad siempre abierta de tornarse "dios" o "niño desvalido"... serán una omnipresencia en el horizonte!

También Nietzsche, en su obra "Aurora", describe en parte este arrobamiento:
"Mientras habita en nosotros el genio, nos sentimos valientes, nos encontramos fantásticos, y no nos cuidamos de la vida, de la salud y del honor. Atravesamos el día más libremente, como un águila [...] Pero de pronto nos abandona, y con la misma prontitud se apodera de nosotros un miedo intenso. Ya no nos entendemos a nosotros mismos, sufrimos por lo vivido y por lo no vivido [...] Nos sentimos como lastimeras almas infantiles que temen ante un crujido y una sombra."

A veces realmente me asusta comprobar la infinidad de paralelismos entre el devenir y el sentir de Nietzsche y el mío propio, y con esto no pretendo sugerir alguna insensatez como que  "el haya reencarnado en mi".. ¡Ja, Ja!! ..Ni mucho menos que yo sea tan grande como él! ¡Solo faltaría eso! Pero sí me reconozco enormemente en los procesos, las maneras e incluso los contextos.  Prueba de ello es que llevo bastante tiempo cultivando el aforismo -pudiérase decir nietzschiano- en textos de "orientación luciferina" que me ayudan a rebelarme contra la asfíxia del relativismo, y agarrarme -al menos por unos minutos- a certezas que caen, ineludibles, como losas. Es en estos momentos cuando más siento "su presencia en mí", y por favor, no lo tomen como arrogancia, sino más bien como negativa al exceso de modestia, "Pecado" casi igual de imperdonable, en tanto pretende ocultar una verdad manifiesta.

Y con el deseo de hacerles comprender mejor de lo que hablo, y que de paso vean que esto no versa exclusiva y "ombliguísticamente" sobre mi persona, me gustaría, para finalizar, remitirles especialmente a uno de aquellos textos poético-aforísticos, en que abordo el atrevido tema de los arquetipos universales.


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