Filosofía, Metapolítica, Aforismo, Poesía.

domingo, 14 de diciembre de 2014

CONTRADICCIONES ESENCIALES DEL PROGRESISMO I: La familia y los roles de género.


En aquella serie de ensayos, o meras reflexiones, que agrupé bajo el título "Terrorismo Metapolítico", me dediqué a "denunciar" muy insistentemente, y desde diversos prismas, las contradicciones de las que, a  mi juicio, es presa la izquierda (y también, de forma distinta, la derecha) pero quizá más en la aplicación y consecuencias prácticas de sus planteamientos que, más específicamente, en la coherencia interna de sus ideas (aunque también se abordó ese punto, y aquí lo volveremos a hacer.)

He considerado juicioso dedicar un capítulo a cada tema específico, de aquellos que resultan más controversiales, y en parte por ello, arrastran un mayor número de lugares comunes y lugares cómodos, que atienden siempre más a esa especie de "neo-puritanismo derechohumanista" que a una verdadera reflexión profunda y crítica. 

En esta primera entrega, nos centraremos en la cuestión de la familia y la llamada ideología de género. 
¡Exacto!, debemos hablar de la, hoy por hoy, "malsonante" cuestión de los valores familiares; y debemos hacerlo con valentía, por más que la hegemonía cultural que ha impuesto la izquierda haya logrado que el propio término (honroso y dignísimo término) le "huela a rancio" a una inmensa mayoría social.

Por supuesto, tenemos bien cerca la utilización de la familia por el franquismo. No conviene, por tanto, olvidar los peligros del "extremo opuesto" (y justo a esto se debe gran parte de la impopularidad actual de los valores aludidos.) También es cierto que muchos de estos conservadores católicos, identificados en mayor o menor medida con aquel Régimen, acusan cierta tendencía a la hipérbole y el delirio; no es menos cierto, por otro lado, que, intencionadamente o no, todas las "medidas progresistas" no favorecen en nada a la supervivencia de la familia como institución, por no decir que la atacan abiertamente. 

Pero seamos más cautelosos y más cabales que todos esos conspiracionistas.

Se trata de algo que, obviamente, tiene más que ver con normativas y medidas puntuales como la ley de matrimonio homosexual, el divorcio express, o el aborto libre, que con ningún "complot judeo-masónico para minar los fundamentos de Occidente". 

Es más simple que todo eso, si nos paramos a pensar durante un momento:

En la entrada titulada "Sobre los micro-conflictos: El entendimiento como primera urgencia" ya lo expuse del modo más clarificador que pude hacerlo hasta ahora (ayudado, una vez más, por la inestimable pluma, y "bisturí metapolítico", de mi continuo referente, Alain de Benoist)
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Parece que hoy sólo hay exigencias particulares pero raramente se habla de lo que cada uno puede aportar al conjunto. No estoy diciendo con esto que no haya motivos para reivindicaciones muy variadas, por supuesto que los hay -o al menos los hubo- pero donde quiero poner el foco ahora es en el "mapa general" que nos deja esto. Si nos encerramos en nuestras reivindicaciones particulares como el caracol en su concha y además, radicalizamos cada vez más nuestro discurso, esto sólo nos puede llevar a la crispación generalizada, y en definitiva, al no-entendimiento. (....) Y en esto, como en otras muchas cosas, el "pope" de la Nouvelle École nos consigue explicar lo que yo ya vislumbraba pero no sabía expresar con la misma claridad: La atomización de los enfrentamientos sociales sólo puede beneficiar a los que temen la unidad de esas mismas sociedades, esto es, a quienes detentan el poder con mayúsculas, que no son ni los Pueblos europeos, ni los heterosexuales, ni el "Patriarcado". El introduce también el concepto de "caos controlado", que consistiría en un manejo de estos micro-conflictos por parte del poder (privado o público, da igual, en cualquier caso: la oligarquía) en orden a dividir y reinar, por supuesto, pero también a poseer herramientas para introducir aquí y allá sinergias beneficiosas para cualesquiera que sean sus planes en un determinado momento.
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La izquierda no consigue entender, por otra parte, que la familia es un refugio, y UN ARMA, como pocas, frente al control estatal; que los fuertes lazos comunitarios siempre han servido para defenderse de los distintos poderes que intentaban abusar de ciertas comunidades,  y no me refiero a lazos necesariamente provistos por la familia, aunque en ella tiene origen casi todo, en última instancia (pensemos por ejemplo en la antigua institución del consejo o asamblea vecinal, en las asociaciones, gremios, sociedades de ayuda mútua, creados por la sociedad civil, esto es, ajenos al poder estatal, o en los llamados consejos de sabios, etc etc etc) 



{TEXTO RELACIONADO 1: T.M. VI}
{TEXTO RELACIONADO 2: T.M. V }
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Pero, aún olvidándonos de todo eso.. es, por sí sola, tremendamente llamativa esta serie de flagrantes incoherencias que suele evidenciar esta cosmovision, y que han dado título a estas breves reflexiones.

En este aspecto, me topé hace un tiempo, en mis cabilaciones,  con otra curiosa paradoja del modelo moral "progre/neo-nazarí": 

Si según la ideologia de género, practicamente todo es cultural y no hay nada que responda al instinto y al código genético en nuestro rol sexual, ¿Por qué alguien puede llegar a sentirse "en un cuerpo ajeno"? 

Si de verdad es todo, o casi todo cultural, no hay ningún problema en el cuerpo que te toque, total...no determina NADA...


Y profundizando un poco más en esta contradicción ontológica (en su esencia, en la más básica lógica "ser-no ser"),decidme si hay algún fallo en estos silogismos (un tanto libres, admito):

Si el nuevo feminismo o la ideología de género aseguran que todo lo asociado a los sexos es cultural y no hay nada que los diferencie, excepto que las mujeres tienen desventajas evidentes como una menor fuerza física o la "terrible maldición" de quedarse embarazadas (y que en nada implica que su sensibilidad esté más orientada a la maternidad ¡¡¿Como se te ocurre pensarlo, fascista de mierda?!!); entonces, debemos extraer necesariamente de estas premisas, QUE SON INFERIORES.

Lo que sospechaba.. Las ideologías que hablan en nombre de la mujer son profundamente cristianas, y en consecuencia, profundamente misóginas.
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Es bien interesante, y bien aterrador, por otra parte, lo que puede hacerle a una mente la ideología, cuando esta se sigue fanáticamente... 
Aunque en la realidad, o según nuestra perspectiva, estén adoctrinando a la gente y variando artificialmente sus conductas... según la suya, están haciendo "ingenieria inversa", es decir, que intentan "revertir un adoctrinamiento previo" (y que se pretende milenario); ya que están convencidos, muchos de ellos, de que la heterosexualidad sólo es mayoritaria por que "se ha impuesto" , y que los roles de género han funcionado exactamente del mismo modo.
Ni por asomo se les ocurre que pueda haber nada en ellos del todo natural, e instintivo. De hecho, cuando analizan como cambian estos roles según la cultura (que ahí sí tiene cierto valor diferenciar género y sexo) parece que ven sólo lo que separa a unas culturas de otras y no lo que las une...porque a mí se me antoja, hasta donde sé, que habrá bien poquitas en que los hombres sean los encargados de criar y cuidar a los niños, o que se centren más en el hogar y los lazos comunitarios, etc etc..
*

Y ya, de todas las palabras policía que se ha sacado de la manga esta nueva Progresía 3.0 (piénsese en "fascista", "racista", "homófobo"..) hay una que siempre me ha resultado especialmente delirante, o especialmente estúpida, PORQUE YA ES RIZAR EL RIZO.

Me refiero a la expresión "TRANS-FÓBICO". 

Es de verdad muy representativa de la nueva progresía LOBOTOMIZADA.
Quizá si se hubiesen visto, con razonable frecuencia, y desde hace siglos, transexuales (operados) por las calles, podríamos hablar de fobia como "animadversión o terror hacia algo cotidiano", pero, dado que no es así, hablar de "trans-fobia" es tan absurdo como hablar de ´fobia a los españoles`por parte de los incas.* 

[*En realidad, me he quedao muy corto con la comparación ..Supongo que por miedo a decir alguna burrada sumamente incorrecta.]
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Ahí dejo sin más este último apunte, esperando que, como todos los anteriores, consigan "mover un poco sus neuronas", aunque sea "por deporte" (ya saben que, para prevenir trastornos degenerativos como el alzheimer, lo recomendado con más asiduidad es mantener la mente ejercitada y despierta.)

Un saludo, y hasta la próxima entrega de estos "socratismos" a los que les tengo, espero, bien acostumbrados.
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A los perseguidores incansables 
del conocimiento, que no desfallecen 
por fuerte que les sople en contra la corriente.

Alera flammam veritatis.
~


1 comentario:

  1. Hagamos abstracción del sustrato moral judeo-cristiano y los fundamentos grecolatinos de nuestra civilización. Juguemos a desprendernos de nuestros valores heredados, de la cultura y de cuanto podamos decir en una línea que pudiera antojarse tendenciosa o contraria a los LGTBIQ. Ya despojados de todo, creo que hay una verdad insoslayable y es de carácter biológico: somos todos hijos de la heterosexualidad. Esto es insoslayable. Por más que algún día las mujeres no necesiten de los hombres para reproducirse, la historia dirá que ellas o sus ancestros estuvieron alguna vez en la semilla de Adán. No hay nada que hacerle. No se puede negar la ciencia. Pasa que la ideología de "género" ha devenido en la religión del siglo XXI, en el totalitarismo de esta era.

    Todas las religiones e ideologías han tenido antagonistas: los cristianos pelearon siempre contra los musulmanes y los liberales, enemigos de los religiosos, se vieron enfrentados por los comunistas. Y los fascistas lucharon contra los dos anteriores sujetos históricos. Esto como síntesis bastarda y marco introductorio para decir lo que sigue: la ideología de "género" parece ser la única doctrina sin rival. Es increíble. ¿Qué institución o movimiento político le planta bandera a esta herejía del buen sentido?

    Saludos.

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