Filosofía, Metapolítica, Aforismo, Poesía.
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viernes, 29 de julio de 2016

LA LEY, LA EXCEPCIÓN Y LA REACCIÓN.

El ´fundamentalismo buenista`, como todo extremismo, se caracteriza por 
leer la realidad en clave simplista y maniquea.
~



















El otro día me encontré con un post que resume con gran acierto la encrucijada en que se halla hoy Europa. Está firmado por uno de mis contactos de Facebook, Armando López, y me ha servido de inspiración para desarrollar algunas reflexiones que espero arrojen un poco de luz sobre las causas de este conflicto ya más que latente. Las consecuencias son difíciles de prever, pero algunas de ellas ya las tenemos frente a nuestros ojos, tal como describe con gran lucidez el post. Toda acción tiene su reacción, y los excesos sólo conducen a mas excesos..
Una vez confirmado que el terrorista del hacha es un refugiado afgano que se coló desde Siria, miembro de ISIS, se confirma también que los refugiados sirios no son todos sirios y que al menos algunos no son refugiados sino terroristas que los políticos europeos han dejado entrar. La oleada de atentados actual es consecuencia de las políticas europeas y de los dirigentes que una mayoría de europeos ha ido votando durante décadas, en concordancia con la escala de valores que tiene la mayor parte de la población de Europa, educados por el sistema público para ser borregos paga-impuestos. Es, ni más ni menos, que lo que Europa ha trabajado y merece. No espero que Merkel dimita, que es lo que debería hacer, ni que la gente deje de votar a socialdemócratas. Lo que sí espero -aunque no deseo- es un creciente éxito electoral de partidos nacionalistas y de corte xenófobo en toda Europa. Toda causa tiene su efecto. Así funciona, por desgracia, la historia. Con efectos de péndulo. Se han cometido excesos increíbles a base de marxismo cultural, y el efecto rebote va a ser considerable.
Esto lo vengo avisando hace un tiempo. El fundamentalismo buenista, en su ingenuidad y arrogancia, acaba acrecentando el mismo mal que pretende combatir. Y es que cuando te pasas de frenada, causas una reacción. 

Los problemas derivados de la inmigración son un tema tabú.. favorecemos a los “colectivos desprotegidos” permitiendo que los menos honrados dentro de esos colectivos se aprovechen y abusen del trato de favor.. mantenemos una concepción antropológica boba y santurrona donde a todo inmigrante, por serlo, se le supone incapaz de todo mal.. Hasta que un gran sector de la sociedad acaba tan hastiado que se pasa al extremo opuesto: la inmigración es problemática siempre.. favorecemos a los “nacionales desprotegidos” permitiendo que los peores de entre ellos abusen de los inmigrantes.. y rescatamos una concepción antropológica arcaica donde a todo europeo, por serlo, se le supone incapaz de todo mal. 

No es culpa de los europeos; no es culpa de los inmigrantes; es culpa de la estupidez insondable de los ingenieros sociales,  habitualmente niños ricos que intentan arreglar un mundo que no conocen porque jamás lo han pisado.

Todo parte de un error fundamental, que es el de sustituir la ética por el moralismo y colocarle a la justicia el apellido “social”, con lo que ambas se pervierten, dando lugar a situaciones ciertamente inmorales y ciertamente injustas. En el momento en que empezamos a considerar a los personas como miembros de un colectivo antes que como individuos y a repartir etiquetas de “privilegiado” o “excluído”, de “favorecido” o “desfavorecido” según se pertenezca a un grupo o a otro, nos es imposible distinguir al bienintencionado del malintencionado, al sincero del mentiroso, al verdadero necesitado del mero aprovechado. Los honrados serán penalizados; los tramposos serán premiados. 

Y como algunos de los tramposos son además criminales, fundamentalistas dispuestos a matar en nombre de Allah, los musulmanes honrados serán especialmente perjudicados; cosa que no hubiera ocurrido si tan sólo los hubiéramos tratado como individuos, como iguales, como sujetos de derecho. ¿A alguien le parecería extraño que en medio del conflicto ruso-ucraniano se tuviera especial cuidado con los sujetos que atraviesan la frontera entre ambos países? ¿No nos parecería por completo irresponsable que no se tomaran todas las precauciones habidas y por haber en los controles fronterizos? Se insiste en que el problema de los refugiados es esencialmente una cuestión de vidas humanas. Pues bien, lo es doblemente: se trata de proteger tanto la vida de los refugiados sirios como la de los ciudadanos europeos.
Alemania es el mejor ejemplo de cómo puede pasarse de un extremo a otro en tiempo record.
























Pero se han hecho ya demasiadas cosas mal. El problema no parte de la crisis de los refugiados, sino que viene de muy atrás. La penosa diatriba que plantea esta crisis humanitaria, como la suelen calificar, se suma a un conflicto permitido y alentado por los políticos europeos, derivado de no considerar a los musulmanes como sujetos de derecho, iguales a nosotros, sino dentro de un régimen legal especial pensado para “protegerles de la exclusión, de la islamofobia y de la instrumentalización de sus actos por la extrema derecha”. Este pretexto, el de la extrema derecha, es el que han empleado los gobiernos para justificar lo injustificable: ocultar sistemáticamente crímenes perpetrados por musulmanes, y para más inri, motivados muchos de ellos por el odio racial o religioso. Es decir, que para evitar el racismo y la islamofobia, se ha sido permisivo con la cristianofobia y la eurofobia. 

Pero la injusticia es siempre injusticia, por más bellas que sean las palabras con que se revista. Tratar de saltarse la ley para supuestamente compensar una situación desnivelada de partida, o para evitar un peligro mayor (también supuesto) acaba por producir los resultados que vemos: indignación más que justificada y un odio en ningún modo justificado pero sí muy predecible. Si sabemos que la xenofobia existe (y, como hemos visto, los políticos la tienen muy presente), ¿no creen ustedes, lumbreras bruselienses, que la fomentará en mayor medida otorgar privilegios a los inmigrantes que aplicarles la misma ley que a todos?

Se trata ésta de una postura arrogante y paternalista, una nueva y retorcida forma de clasismo y racismo. En primer lugar les estamos diciendo a ciertas personas, por pertenecer a una etnia, religión, sexo o vayaustéasaber qué otra circunstancia, que son o bien más capaces o bien más incapaces de salir adelante, de tener éxito o de fracasar, de ser reconocidos o ignorados. Con ello estamos reduciendo el inmenso potencial alojado en cada individuo a un prejuicio y una generalización extremadamente pobre, encerrando todas las posibilidades de su desarrollo personal y profesional en una categoría tan estrecha como ancha es nuestra arrogancia. Usando una expresión de moda, les estamos desempoderando. 

Pues qué sabremos nosotros de lo que son capaces unos y otros.. ¡Nosotros somos los clasistas, los racistas y los machistas por presuponer que un pobre, un extranjero o una mujer no saldrán adelante sin nuestra ayuda! Nosotros les estamos mandando el mensaje, a estos y cada vez más colectivos, de que son víctimas, de que son débiles, de que la única posibilidad que tienen es mendigar compasión o exigir un trato de favor. ¡Habrá una forma más perversa de matar los sueños, la energía y la voluntad de alguien! ….

Además, ¿cómo sabemos a priori las dificultades con que se van a encontrar, la mayor o menor discriminación que van a padecer? Para ayudar y para combatir la discriminación siempre habrá tiempo. ¿Por qué nos adelantamos entonces a conceder ventajas efectivas para compensar supuestas desventajas que pueden o no darse? ¿Por qué llevar en brazos a alguien antes de comprobar si sabe andar por sí solo?, ¿por qué tratarle como un niño y hacerle pasar por la -para muchos- indignidad de la sobreprotección, y arrebatarle así la posibilidad de enorgullecerse en el futuro de no haber requerido asistencia ni favor de nadie?

Se dirá que si asumimos el individualismo metodológico que aquí proponemos estaremos permitiendo que infinidad de personas, por una razón u otra, sean discriminadas o tratadas injustamente de diversas formas. ¿Pero es que no es igualmente posible prestarles ayuda a nivel individual, combatir las injusticias concretas y palpables, en vez de teóricas y generales, de que son víctimas los sujetos, sin importar en qué colectivo podamos encajarles? ¿Acaso importa el motivo, demostrable o teorizable, por el que hayan sido maltratados? ¿Acaso no nos mostrará el propio número de las infracciones cometidas contra unos o contra otros qué grupos son peor tratados? … ¿Por qué no dejamos que el día a día nos marque cuáles son los problemas más acuciantes en vez de partir de una presunción que nunca alcanzará a la siempre cambiante realidad?

Mientras tanto, deberemos enfrentar algunas situaciones que ya no tienen marcha atrás; porque de evitarlas, debió hacerse ya hace mucho tiempo. Mientras repensamos nuestra concepción de la ley y la ética, los fundamentalistas están aquí y seguirán usando los derechos y libertades que les otorgamos como arma para destruir la misma civilización que los sostiene. 

Por nuestra inconsciencia y nuestra irresponsabilidad, seguramente acabarán pagando el pato los de siempre: los ciudadanos honrados y respetuosos con la ley, tanto nacionales como extranjeros. Va a ser una manera amarga de aprender una vital lección: las excepciones y los privilegios, por bienintencionados que sean, van erosionando la idea de justicia e igualdad y sólo fabrican abusos y excesos; los cuales, como dijimos al inicio, sólo pueden conducir a nuevos excesos.
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¿Reaccionará Europa antes de contemplar una imagen como ésta? ....

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lunes, 23 de noviembre de 2015

CONFUSIONES ENTRE NACIÓN, PATRIA Y ESTADO.


Quienes hoy se llaman conservadores o tradicionalistas asumen a menudo la nación-estado como parte de esa tradición, o de aquello que merece conservarse. Pocos vuelven la vista hacia modelos anteriores, aun cuando se hacen llamar enemigos de todo lo moderno -entiéndase, de la era así llamada-. Sin embargo, nadie puede cuestionar que el estado-nación es un invento moderno. Y es igualmente contradictorio reclamarse partidario de la tradición cuando se asume un modelo administrativo y gubernativo que se implantó sepultando a su paso cientos y cientos de tradiciones -culturas, instituciones, naciones, leyes, usos y costumbres-.

Es por eso que el patriotismo de los últimos siglos es un patriotismo impostado, ideal, abstracto.. tanto que se diluye en el éter si no hay un mapa o una bandera detrás. No es tanto un patriotismo de la nación como un ´patriotismo de Estado`. No nos engañemos: Es a Él a quién prestamos fidelidad; no a los ciudadanos, que son nuestros vecinos en diverso grado de cercanía. Y destaco esto último por ser otro motivo de grave arbitrariedad e injusticia, ya que una vez barrida toda institución regional, y una vez desechada toda red de apoyo local, no hay diferencia alguna entre nuestro paisano y el que habita la otra punta del territorio, la cual muchos tan siquiera han visitado.

¿Bajo qué perversa lógica se me fuerza a sentirme tan solidario con mi vecino próximo como con el que de sus costumbres y necesidades nada sé?

Es una impostura absoluta, una ficción mediante la que quienes ocupan en cada momento el estado logran de nosotros obediencia, respeto, colaboración tributaria y hasta el sacrificio de la propia vida en nombre de aquel -¡no de la nación!-. A ver si nos empieza a quedar claro: ¡Piden que nos sacrifiquemos por ellos, por personas de carne y hueso, no por nuestra tierra, el bien común, la ciudadania ni otras pamplinas! ¡Nos piden nuestra lealtad para servir a sus intereses!
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Y todo ello se ha logrado mediante técnicas psicológicas no demasiado sofisticadas, sino del todo burdas. Habida cuenta que todos tenemos un sentimiento instintivo de patriotismo, a través de los siglos este concepto fue pervirtiéndose hasta asimilarse con el moderno estado-nación. Más exactamente tomaron nuestro sentimiento ancestral de pertenencia y apego por aquella, nuestra tierra "hasta donde alcanza la vista", y lo reorientaron hacia esa nueva idea, esa mera abstracción representada por un trozo de tela y un contorno en un mapa. 

Pero nada más lejos de ese sentido de pertenencia que en otro tiempo se veía expresado con toda naturalidad ora en la identidad castellana, ora en la salmantina, ora en la española, ora en lo que se llamó "La Cristiandad"; pues se trataba éste de un sentido de pertenencia mucho más natural, orgánico, y armónico -o dicho de otro modo: de carácter incluyente en lugar de excluyente-. 


Se usó un sentimiento real hacia un objeto real (aunque de límites no del todo definidos, como es tantas veces lo orgánico) para, en el lugar que ocupó ese objeto, colocar una abstracción por la que nadie en su sano juicio experimentaría amor ni devoción alguna.
Se nos dió el cambiazo.. 

Apenas sin darnos cuenta, nos acostamos un día en un terruño de aires bucólicos, de límites difusos.. y nos despertamos al siguiente en una silueta perfectamente delineada en un mapa con una bandera colocada en el medio. Pocos podrán negar que fue, retrospectivamente, un notable empobrecimiento de nuestra idea de patria.
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La patria tradicionalmente se identificó con aquel mismo´terruño`. Y no hay otra que esa. Es la única que puede considerarse con entidad objetiva, por más que su delimitación nunca sea exacta Km. arriba, Km. abajo.. Stricto sensu, una se halla más lejos de su patria conforme se aleja de su lugar de nacimiento o de residencia (en el caso de que echara raíces por diversas razones en un lugar distinto del que naciera). Es cuestión, por tanto, de grado y no de "1 o 0" (dentro o fuera, ajeno o propio). Por eso las fronteras modernas expresan una artificialidad. Y por eso el concepto de patria asociada a estado-nación resulta absurdo una vez lo examinamos con mayor detenimiento.

La identidad cultural y territorial funciona mediante círculos concéntricos, no mediante conjuntos excluyentes. Uno no deja de ser europeo por ser alemán o francés y tampoco deja de ser alemán o francés por ser sajón u occitano, bávaro o bretón. Tampoco el franco-parlante suizo y el franco-parlante belga dejan de tener una misma o muy similar identidad lingüística por someterse a las leyes de dos estados-nación distintos. Ni tampoco cuando habitan dos ciudades distintas dentro del mismo país (las cuales vendrían a sumarse a los componentes de su identidad grupal incluso en mayor medida que los anteriores, pues las urbes acostumbran a imprimir uno de los signos de identidad más marcados.)

Cierto es que en la historia pre-moderna vemos los Estados -mejor dicho los reinos- como entidades unívocas, casi monolíticas-; y cierto es también que actuaban de ese modo en muy variadas ocasiones. Pero lo primero se lo debemos achacar a la mentalidad contemporanea con que observamos la historia antigua, así como al reduccionismo propio del estudio de los acontecimientos históricos a vista de pájaro. No vamos a discutir lo segundo pues resulta del todo innegable. Pero sobre aquello otro conviene profundizar en la ´VIDA INTERIOR` de esos reinos (todavía sólo proto-estados) para que se nos revele esa pluralidad, esa riqueza inmensa de lenguas, folklores, fueros, cortes, concejos municipales, feudos, órdenes monacales o de caballería.. muchos de ellos asumiendo el papel de CONTRAPODERES, e impidiendo a menudo que el monarca hiciese a cada momento aquello que se le antojara con los ciudadanos o territorios bajo su mando.

¡Aun el emperador Carlos V, con su inmenso poder, tenía a su cargo el gobierno de diversos reinos, cada uno de ellos con sus distintas lenguas y tradiciones, pero, asimismo, con sus distintas leyes!
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Ésta es la bandera del Estado Español.

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Ésta es la bandera de Las Españas.
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Pero llegó la hora de descender más a lo concreto: de abandonar el plural y referirnos ya en singular al estado-nación que nos toca más de cerca.

No logro aún entender las razones para defender a toda costa la "sacrosanta" unidad de España. Debe ser porque lo intento hacer desde la lógica y no desde el sentimiento religioso, que es desde el que se defienden tales cosas. 
Puede resultar inspirador, no lo niego, aquello del penta-centenario y "el estado más viejo de Europa", pero.. ¿Hasta cuando? ... ¿Hasta dentro de otros 500 años? ... ¿de 5000??... 

Echemos la vista atrás. Primero este territorio fue hogar de civilizaciones como la tartésica, luego de tribus íberas y celtas, luego de una parte del Imperio Romano, luego de tribus visigóticas, más tarde de tribus musulmanas y.. "por fin", de una casi homogenea población cristiana (aunque todavía políticamente dividida). Llegaron entonces los Reyes Católicos en el momento justo para conformar la nación como se supone debía ser ya... para siempre ¿¿ ?? ....

Ésta, entre otras consideraciones, me lleva a concluir que los que solemos llamar "españolistas" participan de un autoengaño (aunque no menos que los catalanistas, galleguistas o euskaldunes); un error producto de la estrechez de miras típica en quien juzga la historia sin salirse de la lógica de su época. Y un error producto de la mentalidad nacionalista, que lleva inserta la división entre amigo y enemigo; una ideología que se ha mostrado incompatible con la preservación de la raigambre y la tradición en un sentido extenso.

¿Qué es una nación? ... ¿Es la española, la francesa y la italiana.. o es la vasca, la bretona y la napolitana? Dejo eso para los historiadores y los etnólogos. Pero ya sea el caso uno u otro, si de verdad deseamos conservar la cultura española, ibérica, en toda su diversidad y riqueza, la opción más inteligente a tomar sería la RÚPTURA POLÍTICA del actual estado y su fragmentación en muy numerosas y pequeñas unidades gubernativas. 

El estado central, lo único que ha hecho y hará siempre es destruir la llamada ´cultura nacional` a base de homogenizarla, desnaturalizarla, caricaturizarla, instrumentalizarla y pervertirla. Y lo mismo se aplicaría a unos hipotéticos Paixos Catalans o a una Euskal Herría que incluyera a Navarra y su "homóloga" tras los Pirineos. Sólo las pequeñas unidades políticas poseerán el incentivo de conservar su identidad -todas las dimensiones de su identidad- porque, como explicamos antes, lo regional y lo peninsular no son excluyentes, del mismo modo que no lo son la españolidad y la europeidad. 

Sin embargo, el nacionalismo sí es excluyente, o al menos, tiende invariablemente a serlo. Como tiende asimismo a ser homogeneizador y expansionista. Por ello el ideal secesionista es opuesto al nacionalista: El secesionismo busca fragmentar porque es muy consciente de las ventajas de la ciudad-estado, del cantón y la micro-nación; mientras que el nacionalismo rara vez puede evitar sus ansias de "grandeza" y, derivadas de ella, su voluntad de fagocitar las realidades culturales en torno suyo, lo que se traduce en la negación de las mismas, cuando no en su invasión militar o en cosas aún peores.
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Podría coronar esta reflexión con la famosa cita de Nietzsche sobre el Estado y la cultura, pero está ya muy vista. Así que, en su lugar, les remito a otra de Hans-Hermann Hoppe a propósito del auge económico y cultural de los pequeños estados en que permanecía dividido Flandes a mediados de la edad moderna:

"En lugar de promover una nivelación de las distintas culturas hacia abajo, la secesión estimula un proceso cooperativo de selección cultural y avance. Esta es una lección de lo más importante, no sólo para Flandes y Europa, sino para todo el mundo."


(Extraído de una entrevista que puede leerse completa aquí.)


¡Diversidad, selección natural y evolución! Una ley que es impepinable respecto a la biología y que lo es también respecto a la cultura, las ciencias y la tecnología.


Pero el mantra que recorre todo el espectro político, de izquierda a derecha, y de arriba a abajo (desde la clase política hasta la ciudadanía) reza casi invariablemente lo contrario.. 
"Una ley para todos.. Un gobierno para todos.. Una policía para todos.. Un ejército para todos.. Una educación para todos."

Se entiende en general esta homogeneidad centralizada como algo positivo, como un valor a reivindicar. Pero insistamos en la idea: ¿qué nos muestra la evolución biológica, así como la cultural y tecnológica? Una de las cosas que nos prueban más allá de toda duda es que, a mayor diversidad, mayor oportunidad de avance, de mejora, de progreso en su sentido más objetivo. ¿Cómo es posible entonces que hayamos llegado a tal convencimiento contrario a nuestro interés, e incluso contrario a la Naturaleza? ¿Cómo hemos llegado a defender con tal ahínco LA ESCLEROSIS CULTURAL, SOCIAL Y POLÍTICA*?

¿Quién nos ha logrado convencer de agarrarnos a lo yermo y temer a lo fértil?
~

(*Hablamos de centralismo político o administrativo en todas sus formas: Desde los que
defienden la "igualdad de los españoles" frente a la independencia de Cataluña o a otros particularismos cuales sean hasta los que tienen por una gran conquista la "educación igual para todos". Todas ellas son formas de escoger voluntariamente la parálisis frente a la evolución o el progreso, palabra esta última que, como vemos, ha acabado significando muchas veces lo opuesto a su sentido original.)

La nación esclerótica siendo asistida
para mantener la ficción de que sigue altiva..
Adecentemos de buen ánimo las ruinas,
y a base de fe, insuflémosles nueva vida..
~


lunes, 15 de diciembre de 2014

CONTRADICCIONES ESENCIALES DEL PROGRESISMO II: Inmigración y Derechos Humanos.






















En el primer capítulo abordamos algunas de las contradicciones más flagrantes del discurso post-moderno (en aquel caso, más escorado a la izquierda) centrándonos en la cuestión de los valores familiares y los roles de género. Ahora procuraremos tratar, aunque sea parcial, o tangencialmente, el no menos controversial tema de la inmigración.

Y como siempre digo que la Progresía y la Libertina (los "ñioliberales") comparten más inercias y lugares comunes de los que piensan, quiero presentarles, a modo de "botón", una nueva e impagable muestra de ese relativismo elástico que igual te vale pa un roto que pa un descosío, tan usado por estos adictos a la comodidad intelectual, de un lado o del otro de la "doble estafa postmoderna" (en este caso del "lado de la libertad")

En palabras del, por otra parte bastante sensato, Díaz Villanueva: "La inmigración es lo más grande que le ha pasado a la humanidad, llevamos inmigrando toda la Historia"

No puedo responder ante esto otra cosa que: 
¡PERO QUÉ ALARDE DE ELASTICISMO EL DE USTED, SEÑOR MÍO! 

... Entendemos, pues, según sus argumentos, que las migraciones actuales son equiparables a las pasadas... con aviones, globalización, y toa la pesca -¡No se lo cree ni usted mismo!-
Podríamos preguntarle, entonces, por la inmigración que hubo en la Grecia clásica, en la Europa medieval... 
O sin ir más lejos, ¿qué le pasó al Imperio Romano cuando los extranjeros alcanzaron cierto porcentaje en el centro del mismo? 

Otro colmo del relativismo es equiparar las migraciones intra-continentales con las extra-continentales, no es lo mismo un grupo de extranjeros de cultura y costumbres afines que otro de un origen más lejano. ¿Ven ustedes lo que siempre les digo de las escuelas de pensamiento? Como para el liberalismo "esto no tiene importancia", sencillamente se usa el trazo grueso, hasta el punto de ser por completo falaz, pero..."¡No pasa nada! En nuestro mundo esta cuestión no merece atenderse, pero no porque la hayamos analizado a fondo, sino ¡porque nos da la gana!"
*

En este asunto.. los progres.. buenistas, derechohumanistas, y toda la cuadrilla de "demócratas ejemplares" son presa de unas curiosas contradicciones que les haría bien pararse a observar:
1ª) Que al tomar muchos inmigrantes aquellos puestos que los nacionales han ido desechando, y generalizarse, consolidarse con el tiempo esta tendencia, al final acaba creándose, lo queramos ver o no, una suerte de SOCIEDAD DE CASTAS, Eso sí, todo en nombre de los derechos humanos y LA IGUALDAD. 
2ª) Que se nos vende insistentemente este argumento derechohumanista y la compasión por el necesitado, como si toda la inmigración consistiese en gentes que vienen en pateras o saltando desesperadamente una valla, cuando la realidad es que muchos de ellos lo hacen cómodamente en avión, y no más, porque se les da la oportunidad de venir, y con ello, de ganar más dinero para ellos y sus familias -aunque sea tan sólo a resultas del mayor valor de la moneda del país receptor.- Y como haríamos muchos de nosotros en su lugar -aquí deberían sobrar los juicios morales- no la desaprovechan. Por lo tanto, en la realidad, estamos identificando como "los últimos" o "los más necesitados" a la comunidad de inmigrantes en conjunto, fuera cual fuese su nivel de rentas al llegar aquí, y a los nacionales como una suerte de privilegiados, aunque en muchos casos puedan poseer menos recursos y menos oportunidades que muchos de los inmigrantes que ya parten de un mayor nivel socio-económico allá, en sus países de origen. 
3ª) Que criticando la externalización de empresas nacionales, se produce un curioso doble rasero, y es que: los extranjeros pueden ocupar los puestos destinados en principio a nosotros SÍ ESTÁN AQUÍ, y además cobran nuestras ayudas; pero lo vemos mal cuando los contratan EN SU TIERRA, y nuestro estado no paga ayudas de ningún tipo, como es lógico. ..¡Pero esto es lo más parecido al mundo al revés! ¿No creen?..
4ª) Que, como suele decir una de las pocas personas que aborda este tema con rigor desde la izquierda, Jorge Verstrynge: "Demasiada inmigración, mata la inmigración". Si llegamos al punto, como estamos llegando, en que ya "estamos hasta los topes", les estaremos cerrando la puerta, en un futuro, y esta vez sin medias tintas, a personas que pudieran aportar algo de "valor añadido", como se suele decir, o que, por mil circunstancias, necesitaran cobijo (apelemos entonces a los derechos humanos, cuando tengamos que denegar la entrada a VERDADEROS NECESITADOS, porque hemos "estirado" demasiado el concepto de "derechohumanismo" y, con la copla, hemos visto bien que viniera cualquiera por cualquier motivo... ¡incluso para ser explotado por un malnacido que sólo piensa en el dinero fácil!)
Jorge Verstrynge, intelectual
hispano-francés,
representante de lo que podemos
 llamar"socialismo transversal".
 Y no quiero ser malpensado, ni caer en el maniqueismo en que cae la izquierda tan frecuentemente, pero, igual que nunca verás a una patronal protestar por los niveles de inmigración, como suele decir también siempre Verstrynge, jamás verás tampoco a un liberal hacer lo propio, siempre procurará desviar la atención hacia otro sitio. 

Del mismo modo que nunca vas a ver, cambiando de ejemplo, a uno de ellos criticar ni una sóla acción del estado de Israel.
Sí, cierto es que tampoco podrás ver a casi nadie en la izquierda apoyarlas, pero porque la izquierda tiende a, o pretende, defender siempre al debil, y en el caso de israelies y palestinos se muestra más palmariamente que en la mayoria de casos quién es quién.
Están claros, pues, los motivos básicos que mueven a la izquierda a coincidir casi unánimemente en esta cuestión, pero ¿cual es la razón que lleva a toda la derecha liberal, y gran parte de la conservadora, a hacerlo tan abrumadoramente como la izquierda en este mismo asunto, pero en sentido opuesto?
Sólo se me ocurre que se identifiquen, de algún modo, con el Pueblo Judío en su conjunto, por haber sido, históricamente, bastante pioneros en esto del capitalismo. 
En cualquiera de los casos, es muestra de la gratuidad, y la inercia homogeneizante de los pensamientos sectarios. 

(Un librepensador "escorado
a la izquierda".)
Y con esto demuestran los liberales que el suyo no lo es mucho menos que el de "sus contrarios".

No cabe duda, para finalizar, y más allá de las conclusiones que extraiga de esto cada cual, que es bien curioso como izquierdas y derechas liberales coinciden tan mayoritariamente en no ver nunca ningún problema en la inmigración y el multi-culturalismo, sea del tipo e intensidad que sea, sea en el lugar del Globo que sea.

Las posibles respuestas a este enigma ya se han sugerido en muchas otras ocasiones, y profundizaremos mucho más en ellas en el próximo tercer capítulo de "las dos caras de la estafa". Hasta entonces, que la batalla de las ideas prosiga, siempre en buena lid.
~


domingo, 14 de diciembre de 2014

CONTRADICCIONES ESENCIALES DEL PROGRESISMO I: La familia y los roles de género.


En aquella serie de ensayos, o meras reflexiones, que agrupé bajo el título "Terrorismo Metapolítico", me dediqué a "denunciar" muy insistentemente, y desde diversos prismas, las contradicciones de las que, a  mi juicio, es presa la izquierda (y también, de forma distinta, la derecha) pero quizá más en la aplicación y consecuencias prácticas de sus planteamientos que, más específicamente, en la coherencia interna de sus ideas (aunque también se abordó ese punto, y aquí lo volveremos a hacer.)

He considerado juicioso dedicar un capítulo a cada tema específico, de aquellos que resultan más controversiales, y en parte por ello, arrastran un mayor número de lugares comunes y lugares cómodos, que atienden siempre más a esa especie de "neo-puritanismo derechohumanista" que a una verdadera reflexión profunda y crítica. 

En esta primera entrega, nos centraremos en la cuestión de la familia y la llamada ideología de género. 
¡Exacto!, debemos hablar de la, hoy por hoy, "malsonante" cuestión de los valores familiares; y debemos hacerlo con valentía, por más que la hegemonía cultural que ha impuesto la izquierda haya logrado que el propio término (honroso y dignísimo término) le "huela a rancio" a una inmensa mayoría social.

Por supuesto, tenemos bien cerca la utilización de la familia por el franquismo. No conviene, por tanto, olvidar los peligros del "extremo opuesto" (y justo a esto se debe gran parte de la impopularidad actual de los valores aludidos.) También es cierto que muchos de estos conservadores católicos, identificados en mayor o menor medida con aquel Régimen, acusan cierta tendencía a la hipérbole y el delirio; no es menos cierto, por otro lado, que, intencionadamente o no, todas las "medidas progresistas" no favorecen en nada a la supervivencia de la familia como institución, por no decir que la atacan abiertamente. 

Pero seamos más cautelosos y más cabales que todos esos conspiracionistas.

Se trata de algo que, obviamente, tiene más que ver con normativas y medidas puntuales como la ley de matrimonio homosexual, el divorcio express, o el aborto libre, que con ningún "complot judeo-masónico para minar los fundamentos de Occidente". 

Es más simple que todo eso, si nos paramos a pensar durante un momento:

En la entrada titulada "Sobre los micro-conflictos: El entendimiento como primera urgencia" ya lo expuse del modo más clarificador que pude hacerlo hasta ahora (ayudado, una vez más, por la inestimable pluma, y "bisturí metapolítico", de mi continuo referente, Alain de Benoist)
~~
Parece que hoy sólo hay exigencias particulares pero raramente se habla de lo que cada uno puede aportar al conjunto. No estoy diciendo con esto que no haya motivos para reivindicaciones muy variadas, por supuesto que los hay -o al menos los hubo- pero donde quiero poner el foco ahora es en el "mapa general" que nos deja esto. Si nos encerramos en nuestras reivindicaciones particulares como el caracol en su concha y además, radicalizamos cada vez más nuestro discurso, esto sólo nos puede llevar a la crispación generalizada, y en definitiva, al no-entendimiento. (....) Y en esto, como en otras muchas cosas, el "pope" de la Nouvelle École nos consigue explicar lo que yo ya vislumbraba pero no sabía expresar con la misma claridad: La atomización de los enfrentamientos sociales sólo puede beneficiar a los que temen la unidad de esas mismas sociedades, esto es, a quienes detentan el poder con mayúsculas, que no son ni los Pueblos europeos, ni los heterosexuales, ni el "Patriarcado". El introduce también el concepto de "caos controlado", que consistiría en un manejo de estos micro-conflictos por parte del poder (privado o público, da igual, en cualquier caso: la oligarquía) en orden a dividir y reinar, por supuesto, pero también a poseer herramientas para introducir aquí y allá sinergias beneficiosas para cualesquiera que sean sus planes en un determinado momento.
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La izquierda no consigue entender, por otra parte, que la familia es un refugio, y UN ARMA, como pocas, frente al control estatal; que los fuertes lazos comunitarios siempre han servido para defenderse de los distintos poderes que intentaban abusar de ciertas comunidades,  y no me refiero a lazos necesariamente provistos por la familia, aunque en ella tiene origen casi todo, en última instancia (pensemos por ejemplo en la antigua institución del consejo o asamblea vecinal, en las asociaciones, gremios, sociedades de ayuda mútua, creados por la sociedad civil, esto es, ajenos al poder estatal, o en los llamados consejos de sabios, etc etc etc) 



{TEXTO RELACIONADO 1: T.M. VI}
{TEXTO RELACIONADO 2: T.M. V }
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Pero, aún olvidándonos de todo eso.. es, por sí sola, tremendamente llamativa esta serie de flagrantes incoherencias que suele evidenciar esta cosmovision, y que han dado título a estas breves reflexiones.

En este aspecto, me topé hace un tiempo, en mis cabilaciones,  con otra curiosa paradoja del modelo moral "progre/neo-nazarí": 

Si según la ideologia de género, practicamente todo es cultural y no hay nada que responda al instinto y al código genético en nuestro rol sexual, ¿Por qué alguien puede llegar a sentirse "en un cuerpo ajeno"? 

Si de verdad es todo, o casi todo cultural, no hay ningún problema en el cuerpo que te toque, total...no determina NADA...


Y profundizando un poco más en esta contradicción ontológica (en su esencia, en la más básica lógica "ser-no ser"),decidme si hay algún fallo en estos silogismos (un tanto libres, admito):

Si el nuevo feminismo o la ideología de género aseguran que todo lo asociado a los sexos es cultural y no hay nada que los diferencie, excepto que las mujeres tienen desventajas evidentes como una menor fuerza física o la "terrible maldición" de quedarse embarazadas (y que en nada implica que su sensibilidad esté más orientada a la maternidad ¡¡¿Como se te ocurre pensarlo, fascista de mierda?!!); entonces, debemos extraer necesariamente de estas premisas, QUE SON INFERIORES.

Lo que sospechaba.. Las ideologías que hablan en nombre de la mujer son profundamente cristianas, y en consecuencia, profundamente misóginas.
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Es bien interesante, y bien aterrador, por otra parte, lo que puede hacerle a una mente la ideología, cuando esta se sigue fanáticamente... 
Aunque en la realidad, o según nuestra perspectiva, estén adoctrinando a la gente y variando artificialmente sus conductas... según la suya, están haciendo "ingenieria inversa", es decir, que intentan "revertir un adoctrinamiento previo" (y que se pretende milenario); ya que están convencidos, muchos de ellos, de que la heterosexualidad sólo es mayoritaria por que "se ha impuesto" , y que los roles de género han funcionado exactamente del mismo modo.
Ni por asomo se les ocurre que pueda haber nada en ellos del todo natural, e instintivo. De hecho, cuando analizan como cambian estos roles según la cultura (que ahí sí tiene cierto valor diferenciar género y sexo) parece que ven sólo lo que separa a unas culturas de otras y no lo que las une...porque a mí se me antoja, hasta donde sé, que habrá bien poquitas en que los hombres sean los encargados de criar y cuidar a los niños, o que se centren más en el hogar y los lazos comunitarios, etc etc..
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Y ya, de todas las palabras policía que se ha sacado de la manga esta nueva Progresía 3.0 (piénsese en "fascista", "racista", "homófobo"..) hay una que siempre me ha resultado especialmente delirante, o especialmente estúpida, PORQUE YA ES RIZAR EL RIZO.

Me refiero a la expresión "TRANS-FÓBICO". 

Es de verdad muy representativa de la nueva progresía LOBOTOMIZADA.
Quizá si se hubiesen visto, con razonable frecuencia, y desde hace siglos, transexuales (operados) por las calles, podríamos hablar de fobia como "animadversión o terror hacia algo cotidiano", pero, dado que no es así, hablar de "trans-fobia" es tan absurdo como hablar de ´fobia a los españoles`por parte de los incas.* 

[*En realidad, me he quedao muy corto con la comparación ..Supongo que por miedo a decir alguna burrada sumamente incorrecta.]
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Ahí dejo sin más este último apunte, esperando que, como todos los anteriores, consigan "mover un poco sus neuronas", aunque sea "por deporte" (ya saben que, para prevenir trastornos degenerativos como el alzheimer, lo recomendado con más asiduidad es mantener la mente ejercitada y despierta.)

Un saludo, y hasta la próxima entrega de estos "socratismos" a los que les tengo, espero, bien acostumbrados.
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A los perseguidores incansables 
del conocimiento, que no desfallecen 
por fuerte que les sople en contra la corriente.

Alera flammam veritatis.
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jueves, 27 de noviembre de 2014

"ANARQUISMO vs IGUALDAD II: Abundando en la incompatibilidad de sendas aspiraciones"


Se me quedaron demasiadas cuestiones en el tintero en la entrega previa de estas reflexiones. No es tan facil como pueda parecer hacer llegar una idea, transmitir una visión que, en tu cabeza, ves clara y evidente, pero que, al traducir en palabras, requiere de la combinación de varios "ataques cognitivos" simultáneos, de una rápida serie de "ganchos de izquierda y derecha" con el fín de alcanzar algún "punto flaco" en la coherencia de las ideas de quién nos escucha (o lee.)

Recordarán que la tesis central que mantuve en aquella primera parte fue que el izquierdismo -progresismo, igualitarismo- tiene como principal esencia EL MIEDO A LA LIBERTAD, esto es, la extrema desconfianza hacia el desonvolvimiento natural de las sociedades, y la irrefrenable tentación de "ARREGLAR EL MUNDO".

Por eso he llegado también a otra poderosa conclusión, que EL ESTADO Y LA MODERNIDAD SON UNA MISMA COSA, UNA MISMA ASPIRACIÓN, pues todo tiene origen en el Iluminismo de los ilustrados, esto es, en su herencia claramente más perniciosa, y que a la postre, se ha revelado catastrófica (La Ilustración dio magníficos frutos, como expresé en otro ensayo, pero no nos dejó menos de ellos ciertamente podridos.. envenenados.. ¡auténticas bombas de relojería!)

El Estado Moderno se caracteriza por ser justo la realización total de ese concepto: ESTADO. Sólo a partir de la Ilustración, del Absolutismo -y de su reacción, la Revolución Francesa- se empieza a concebir la idea de centralización, de división territorial en departamentos o provincias, de eliminación sistemática de otros poderes, locales o no locales, los cuales se interponían en esa firme voluntad de dirigir, organizar, y controlar toda la vida de la nación desde el poder estatal. Este era, pues, un proyecto al que le estorbaba todo lo que pudiera aportar heterogeneidad y, sobre todo, contestación, independencia, u ofrecer una alternativa al que pretendía ser EL ÚNICO PODER LEGÍTIMO.

La aspiración de "igualarnos a todos", si se fijan, también tiene no poco que ver con esta mentalidad, ese "trastorno obsesivo-compulsivo" congénito del estadista, que ha acabado contagiando, al final, a toda la sociedad, convirtiéndose en nuestros dias en la nueva religión por antonomasia. 
Así, vemos al izquierdismo, que no da abasto para repartirse entre todas esas "luchas" -"las lutzschiasss", dicho en dialecto okupa/perroflauta- en nombre de uno u otro colectivo, ¡cada día aparecen nuevos!, de los percibidos como "proscritos", "oprimidos", "invisibilizados", o "en riesgo de exclusión". 
Estos son los que hemos dado en llamar los "marxismos culturales", pero que igualmente podríamos referirnos a ellos como "los cristianismos seculares" o "los nazarenismos" -¿Para qué le vamos a echar la culpa al pobre Marx de lo que tiene origen, muchísimo antes, en el ideal cristiano?-

Esta aspiración es, como digo, genuinamente estatalista, pues al Estado Moderno siempre le ha gustado tener a las personas, los territorios, y los sectores sociales, bien muestrados, bien organizados, y bien HOMOGENEIZADOS, para poder disponer de todos esos mapas, estadísticas, proyectos, cuadriculados y matematizados, que tanto gustan siempre al soberano con "una visión para su nación".

En esto es en lo que quiero insistir muy especialmente: ¿No nos damos cuenta de que dan igual las ideas o las posiciones que mantengan estos gobernantes, que más allá de la diversidad de sus perspectivas, el problema está en que haya individuos a los que permitamos "tener visiones"?

¿No nos damos cuenta de que, ya busquen "el bien" o "el mal", que.. bien se hagan eco de ideales igualitarios, bien de ideales diferencialistas, se trata en ambos casos de arrogantes cantamañanas que se creen capacitados para organizar y mejorar ellos sólos territorios y masas de población tan extensos, diversos, complejos, como las naciones actuales?... 
¡Y encima pretenden que creamos que esto es, no sólo factible, sino del todo sensato!

¿¿ ??
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Y... ¡por supuesto que te van a decir que es por tu propio bien! Y se cuidarán mucho de hacerte llegar ese mensaje de mil formas y a través de mil sitios distintos. Te harán sentir culpable si evades impuestos o no colaboras en todo lo posible con la administración, "porque el Estado somos todos"..... Y no crean, que aún quedan incautos que lo siguen creyendo.

Se sacarán de la manga, también, mil y una medidas populares y con apariencia de genuina preocupación por corregir los "males sociales", ¡porque no van a ser tan estúpidos de decirte que en ningún momento piensan en tu bien! (o que si lo hacen, en el caso de los ingenuos vocacionales que aún queden, que por muy buenas que sean sus intenciones, la Historia muestra que raramente han solucionado más de lo que han estropeado.)

Toda mafia, todo grupo de crimen organizado que existe desde que el mundo es mundo te dice que "ellos están aquí para protegerte, y que si ellos faltan, todo se tornará caótico e inseguro....que ellos son quienes aportan estabilidad". 

Esto no es ningún secreto, está bien a la vista si intentamos visualizar el "mapa general" por un momento; los reyes, los príncipes, y los señores feudales del medievo funcionaban del mismo modo, sólo que, primero: iban bastante más de cara, y a las claras, no habían perfeccionado aún el arte del cinismo y el "pielcorderismo" como los avezados gobernantes de hoy; y segundo: ni soñaban con disponer, para sus tropelías, de una maquinaria tan completa y efectiva como el Estado Moderno.


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Esa es la diferencia básica entre los tiranos de ayer y los tiranos de hoy, aunque podríamos abundar también largamente en esto. No obstante, lo dejaremos para otra ocasión.



                                                                                                                                                                     

miércoles, 26 de noviembre de 2014

"ANARQUISMO vs IGUALDAD"







La urgencia es doble: Nuestra única salida digna consiste en impulsar dos revoluciones opuestas y paralelas, de tal modo que estén sincronizadas en tiempo e intensidad.

1 -REVOLUCIÓN SOCIO-POLÍTICA "DE IZQUIERDAS":


Recuperar el poder local y cercano en detrimento del central y lejano.
[Anarquismo posibilista] Pararle los pies al Estado, por todos los medios posibles. Llevar todas las tomas de decisiones que podamos al ámbito municipal. Descentralización y construcción de una nueva y legítima representatividad política por distritos.


2 -REVOLUCIÓN SOCIO-CULTURAL "DE DERECHAS":


Inversión, incluso dirigida, de los valores post-modernos/post-cristianos igualitarios. ¡Romper la baraja y dar un golpe en la mesa!

"¡Ya está bien de tanta tonteria, hombre!" JA, JA, JA, JA!!

.. Retomar "cierto" respeto por la sabiduría popular, ancestral..  Recuperar la autoridad de la experiencia de las generaciones pasadas.. Dejar de una vez de creer que vamos a reinventar el mundo de un día para otro y a TORNARLO DE COLOR DE ROSA...
Dejar defitivamente atrás QUIMERAS como el igualitarismo, el multiculturalismo y el universalismo.

¡GAME OVER, SORRY! 

¡Despierta, incauto! ¡EL HECHIZO FUE LINDO, PERO SE ESFUMÓ!



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Y no es esto una salida de tiesto sin más. No defiendo una revolución política "de izquierdas" y una socio-cultural "de derechas" porque "tenga ese capricho". Todo lo contrario, defiendo esta posición, a primera vista heterodoxa, por ser la única capaz de triunfar.




El "anarquismo clásico" de izquierda -y más aún, aquello en que ha degenerado en la actualidad- se trata de una posición, no sólo utópica -como acertadamente les suelen echar en cara- sino por completo contradictoria, y en exceso deudora del Marxismo (que no de Marx, ¡ójala fueran marxistas de Marx, y no de los que han usurpado su legado!)

Estos anarquistas dogmáticos, bobalicones, que no saben decir una sóla palabra que hayan pensado por sí mismos.. preguntémonos: ¿qué pretenden? (Porque no está nada claro, y muchísimo menos como llevarlo a cabo)

Pretenden que el dirigismo del Estado sea sustituido por una organización social "horizontal", y parecen, habitualmente, más obsesionados con la horizontalidad que con la dirección, esto es... Están, al final, más preocupados por la igualdad que por la libertad; y por tanto esperan que, espontáneamente, y sin ningún tipo de coacción, la sociedad "se iguale" y nadie destaque por encima de nadie, rompiendo ese perfecto horizonte... horizontal.

¿Pero como esperan conseguir tal cosa, a no ser mediante uno u otro tipo de coacción? No se puede obligar a la gente a ser igual, por la fuerza, sin una suerte de dictadura del proletariado. Lo contrario, ya no es utopismo, sino absoluta imbecilidad.

Si somos anarquistas, si somos personas verdaderamente concienciadas de las dinámicas intínsecas -¡y sí, perversas!- del Estado, deberíamos habernos dado cuenta ya de que el sentimiento izquierdista más esencial es justo el MIEDO A LA LIBERTAD, el reclamo de que el Estado "corrija" los "desequilibrios", de que "no deje a nadie desatendido", la demanda a quienes ejercen la autoridad de que se ocupen de ellos en todo lo que sea física, humanamente, posible.


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Lo más opuesto a un anarquista, deberíamos habernos dado cuenta de una maldita vez, no es el liberal o el nacionalista, SINO EL COMUNISTA.

El comunista es una clase de persona que detesta profundamente el libre discurrir de los hechos, de las sociedades, y de la Historia. El comunista es el tipo más desconfiado y controlador que existe sobre la faz de la Tierra. Dice luchar en favor de la gente, pero NO CONFÍA EN LA GENTE; invariablemente, considera que la sociedad se equivoca, y cree ser él una persona más justa y más moral que la masa, "que si la dejaran a su antojo, enseguida volvería a fabricar intereses de clase".

Por eso no es una arbitrariedad conjugar la democracia municipalista, el anti-estatismo, con el anti-izquierdismo declarado, y sin pelos en la lengua. 

Por eso, ¡sólo renunciar a la quimérica igualdad, con todo lo que ello conlleva, es la única manera de caminar hacia futuras sociedades libres!


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Si ustedes siguen siendo de aquellos con demasiado miedo a que, sin Estado, "se desatienda a los débiles", se lo diré claro: o bien son ustedes, en el fondo, no otra cosa que tiranos, o bien, son los tontos útiles de los "hombres de Estado", engatusados por estos para seguir creyendo a pies juntillas, ¡aún a estas alturas!, que EL ESTADO PUEDE SER LA SOLUCIÓN A ALGO.

Si son ustedes de aquellos que aún están convencidos de que "la sociedad les debe algo", olvídense del municipalismo, de la libertad política, y de otras fórmulas democráticas radicales y libertarias, porque lo suyo siempre será el AUTORITARISMO Y EL DESPOTISMO.

SALUD.