Filosofía, Metapolítica, Aforismo, Poesía.

martes, 23 de junio de 2015

Sobre fanatismos e irracionalismos varios.


En el presente vivimos la apoteosis de los fanatismos. Quizá no alcancen todos en el día de hoy la cumbre de su irracionalidad -eso ya sería insoportable-. Lo que sí es seguro es que se da tal número de ellos a un tiempo como en ninguna otra época que se recuerde.

Y es que, a los de nueva hornada, se les suman todos aquellos de hornadas anteriores que aun sobreviven. Imaginen la cola que se forma en el registro de tontolabas...

"Todo el día matando tontos..." El que dijo eso, hace tiempo que se rindió,  y se inmoló.

Lo más sonrojante de todo, dicho sea de paso, es que gran parte de ellos, ya vengan de una "escuela" u otra, saben reconocer y denunciar el fanatismo de los demás pero jamás son capaces de percibir ni una sombra del propio.


Hay quién se vuelve fanático del nacionalismo (unionista, separatista, hay para todos los gustos, y todos mienten y manipulan, poco menos, por igual.) Hay también quien cree haber descubierto la gran clave de los problemas que aquejan al mundo en la dimensión étnica y racial (esto vuelve a estar de moda, imagino que, en parte, por culpa de la tibieza y las moralinas igualmente fanáticas de los llamados "antiracistas". Un polo siempre alimenta al otro.) Luego están los fanáticos del igualitarismo, ya sea en clave de "género", "raza", o "clase social" (de ellos ya hemos hablado sobradamente aquí.) Luego irían los religiosos, los que aun quedan (la verdad es que a este tipo de fanatismo ya no le resta apenas fuelle -entiéndase, en Occidente-. Porque a diferencia del de la lucha de clases, o de razas, tiene más largo recorrido, y por eso debe ser que hay ya poco "carrete del que tirar"). 

Pero los más, de verdad, los más llamativos de todos son esos de los que ya hablé; aquellos que se muestran especialmente comprometidos "contra todos los fanatismos" sin apreciar ni por un momento el suyo; el cual, en muchas ocasiones, no es menos pequeño, o menos grave que el de aquellos a quienes se pasan todo el día poniendo a caer de un burro.

¡Yo soy libertario y sólo creo en el mercado y en el individuo! ¡Amo la libertad, odio el comunismo y la religión! .. Pero me hago la picha un lio cuando hay que distinguir religión de religiosidad y espiritualidad, y la verdad es que da pereza ponerse a estudiar todo eso...¡Bah! Mejor rindo pleitesía a fanáticos impresentables y destructivos como Richard Dawkins y me cago en todo lo espiritual sin distinción. Al fin y al cabo, son todo rollos raros de freakies. Sin embargo, aquello de que sólo existe la materia y que no hay nada más allá parece evidente, y encima, resulta facilito de entender.

......

¡El individuo  y el mercado son lo único que existe! ¡Un mundo de mercaderes donde los contratos sustituyan a las leyes es el paradigma que YO-DIGO-QUE-RESOLVERÁ-NUESTROS-PROBLEMAS! Un mundo de intercambios donde cada uno vaya a la suya y ningún lazo colectivo sea cultivado es el modelo de civilización más sostenible a largo plazo.

Y tras eso, el mismo sujeto que viene a decir poco más o menos lo que acabamos de leer, denuncia la estrechez de miras y el fanatismo de los demás como si tal cosa. Y nada en todo ello le hace advertir contradicción alguna. Nada nos hace pensar que albergue la más mínima sospecha de que alguna de las piezas recién desplegadas pudiese no encajar en el conjunto.

Un paréntesis aquí sobre "los de la raza" antes de volver a atizar a los de la bandera negra y amarilla. Llegan a ser tan estúpidos algunos de ellos que, no contentos con asumir todas las manías persecutorias en forma de "conjuras contra su raza" (a veces ni siquiera es la suya, pero les haría ilusión que lo fuese), se esfuerzan en buscar mil pretextos arbitrarios para sostener lo insostenible. Ejemplo (extraído de un blog):


"Desde pequeño siempre me he olido que algo no cuadraba y he ido atando cabos, hasta convertirme en un todo un nacionalista ario a los 15 años. Y no veo que tiene de malo el que sea adolescente, en todo caso será aún más meritorio para mí, teniendo en cuenta mi precocidad en destapar al Sistema, y la degeneración cada vez mayor a la que someten a la juventud, según va avanzando el plan del Enemigo. Me pregunto que hacías tú a mi edad, seguro que estabas con una banda de guarros estilo San Polla Palomino, sin tocar un solo libro (salvando el “Playboy’’, si es que eso se puede considerar un “libro’’), matándote a pajas con pósters de negras y bebiendo “kalimocho versión La Bamba’’. Yo sin embargo, he pisado a fondo desde bien pequeño, tanto intelectual -leo clásicos y libros de nivel desde los 10 años- como físicamente, -pues soy practicante de varias artes marciales desde los 13, y hace 1 año he comenzado con musculación sarcomérica- y he adelantado a toda la masa depravada y plebeya que compone al resto de la juventud actual salvando otras excepciones como la mía, hasta el punto de poderme considerar como miembro “de otra casta’’.

VIVA LA NOCHE DE LOS CUCHILLOS LARGOS. MUERTE A SIÓN Y AL NAZBOLISMO."


Bueno..bueno, ¡bueno! Me parece que tenemos aquí un buen surtidito. No sé ni por donde empezar. ¿Mencionamos primero la arrogancia, la suficiencia, o la brutalidad y la violencia que destila todo el discurso? 

Despreciable y francamente repugnante. Lo que más llama la atención, sobre todo a quién conozca poco de este SUB-mundo, es el nivel cultural e intelectivo del que, en efecto, pueden presumir muchos de estos -no por ello menos fanáticos- neofascistas. Y de este mismo perfil, jóvenes casi adolescentes, existen en gran número dentro de la última generación. Son despiertos y echaos palante (demasiado), y como se han leído unos cuantos libros y -hay que reconocerlo- no redactan del todo mal, ya se creen por ello, a su corta edad, con la autoridad moral e intelectual de "iluminar al mundo" sobre el camino que debemos seguir si no queremos "ser engañados por Sión". Fijémonos en esa convicción tan propia del fanático cuando describe su "caída del caballo". Ya hemos destripado en anteriores escritos ese ego hinchado que es siempre conditio sined qua non para que sea plenamente operativo el fenómeno conspiracionista (en este caso, puramente conspiranoico, ya que todo gira en torno a una "conjura contra el hombre blanco"). Y no estará de más tampoco observar la forma en que ciertos pretextos ideológicos abren una peligrosa puerta a la permisividad hacia toda clase bajas pasiones (en el caso que nos ocupa, al odio racial más CRUDO Y PLEBEYO, como se manifiesta en esa manera de insultar al oponente sugiriendo que "se rebaja" mirando ´posters de negras`.)
En resumen: Cree haber encontrado la "gran verdad proscrita que nos salvará" (o que salvará a la raza blanca, porque la idea desprendida es que poco importa lo que les pase a las demás). Y cree haberlo hecho con apenas veinte años. Por ello ya se está preparando para "la gran batalla final", y toda su vida parece estar orientada a una misión trascendente de la cual, con toda probabilidad, tendrá que reirse pasados unos años, o incluso avergonzarse un día en petit comité, en un arranque de franqueza.

(Lo de lanzar el viva a la Noche de los Cuchillos Largos  ya es como la puntilla, como si pugnara por ser el "más malo entre los malos". Ni con las pobres S.A. tiene clemencia este proyecto de hombre con un ego que casi podemos ver inflarse en cada inflexión del lenguaje, y que si mantuvo ese mismo ritmo hasta ahora, seguro habrá reventado ya.)


Bueno, pues como se nos ha alargado el apartado dedicado al "racialismo" más de lo esperado, a los de la bandera negra y amarilla deberemos continuar dándoles azotáinas en una siguiente entrega dedicada al mundo de los irracionalismos (para la cual reservaremos también otro apartado no menos jugoso, como es el del fanatismo anti-comunista). Tengan ustedes un  buen día. Y si esto les ha "iluminado" en algún aspecto, quizá contemplen poner en el futuro algo más de racionalidad en ciertas cosas. Verán como no les hace daño.
¡Sí, de estos ya hemos hablado sobradas veces!
Pero como ven, parecen no cansarse nunca de alcanzar 
nuevas cimas en la escala de lo ridículo, de batir nuevas marcas 
y redefinir por completo conceptos como "delirante" o "descabellado".
Este radicalismo en concreto eleva a profecía apocalíptica la tan famosa
frase de Einstein sobre las cosas que son o no limitadas
en el ser humano y en el Universo.

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                                    /
[¡¡EJEMPLO DE LIBRO!!]   
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