Filosofía, Metapolítica, Aforismo, Poesía.

viernes, 5 de septiembre de 2014

¿EL FIN DE LAS IDEOLOGÍAS?

A los librepensadores..





Me gustaría presentar aquí un nuevo enfoque sobre la subjetividad ideológica:

Tomemos un proceso histórico, social, o nacional, y veamos los distintos diagnósticos que se elaboran sobre este según el conjunto de ideas desde el que se hacen.

Pongamos un ejemplo sencillo y conocido por todos: El rápido ascenso económico de los Estados Unidos de América.

¿Como creen que lo explicaría un liberal? Excepto raras excepciones, podemos imaginar que aludirá a argumentos economicistas y encontrará las claves en la promoción de la libertad individual y empresarial.

¿Y de qué modo lo vería un marxista? Es predecible que aludiera, igual que el liberal, al libre mercado, pero juzgándolo, muy al distinto, como "libre explotación de la clase obrera". Osea, que en este sentido, los "bienes" del liberal son "males" para el marxista. (Y en realidad, no sólo "en este sentido", sino que suele ser así en todos los casos.)

..Y aquí se pone de verdad interesante, porque ¿Como creen ustedes que lo analizaría un nacionalista de corte racialista (cercano al Nazismo)? Podría asegurar que, la mayor parte de ellos, exclusivamente por el factor racial (Los EEUU fueron construidos por europeos, principalmente anglosajones y germanos, y de ahí su imparable "voluntad de poder".)

Y ya que estamos, ¿A qué atribuirían  estas tres "familias" el atraso (aunque no homogéneo en el espacio y en el tiempo) del resto del continente americano? Pues el Liberalismo, con toda seguridad, a la escasa libertad de mercado por los diversos proteccionismos y nacionalismos. El Marxismo por la extrema desigualdad y expolio de recursos. Y el perteneciente al entorno pro-nazi por la "impureza racial", es decir, por el masivo mestizaje, igual que la potencia de la América del Norte la explicaban por la "pureza racial" de sus élites, y sus mayorías sociales.

Omito a sabiendas las restantes cosmovisiones políticas porque estas tres son las que muestran opiniones, dentro de cada grupo, más homogéneas; y porque, además, no sabría acertar a proponer qué diagnostico daría un conservador o un anarquista sobre este proceso histórico en concreto.

Pero creo que esos tres ejemplos bastan para visualizar la entidad del problema -recuerdo: el de la subjetividad de los ismos-, y como superarla, en la medida de lo posible.

A este respecto, creo que serviría para "arrojar luz" sobre la auténtica profundidad del problema que planteo, recordar la tesis que lancé en la introducción de la extensa serie "Terrorismo Metapolítico":


-¿Y si las diferentes posturas ideológicas tuvieran valor, más que como cosmovisiones cerradas en  sí mismas y auto-suficientes, COMO PIEZAS DE UN PUZZLE? Esto es, que más que percepciones  de la realidad diferenciadas e irreconciliables entre sí, fueran visiones parciales y por tanto.. COMPLEMENTARIAS.  
-¿Y si en vez de constituir estos ismos maneras distintas de explicar el mundo, autónomas y completas como pretenden, nos sirvieran más como focos que iluminan diferentes dimensiones del ser humano y de nuestra realidad? 
-¿Y si su utilidad residiese al final en observarlos como una suerte de ´enfoques desenfocados` que resaltan unos aspectos y difuminan otros.. que magnifican unos factores y discriminan otros.. Tan sólo por estar captando "distintas partes del espectro cromático"?

*

¿Se trataría, entonces, de aceptar que todas las explicaciones, no sólo estas tres sino alguna más, tienen "su parte de razón"?... 

¿Qué hay una confluencia de factores en estos, y en cualesquiera otros, procesos históricos?

Obviamente, lo absurdo sería pretender que todas tienen razón por igual, a repartir porcentajes equitativamente. Ello sería, sin duda, un novedoso modo de aplicar el "democratismo" (habitual degeneración ideológica de lo que no es más que una forma de gobierno.) ¡No, no todas las voces tienen valor por igual! Pero sí es, sin embargo, posible, que todas tengan un porcentaje de acierto, aunque nunca el mismo. Lo que parece apriori arriesgado es pretender que sólo exista un factor (o un conjunto de factores) determinante, y despreciar todos los demás por el mero hecho de provenir de "otra tribu", de otra escuela..

"Cual es la escuela que se muestra más certera en sus análisis" supongo que es la pregunta que se habrán hecho las mentes más libres, y más maduras, para guiarse en su viaje intelectual y decantarse por una u otra. Luego, por supuesto, habrán matizado sus posturas personales con elementos que, si se acepta este enfoque que planteo, podríamos catalogar en otra "familia de ideas". Es decir, que analizándolo también según esta perspectiva, y en el caso de las mentes más liberadas y preclaras, se trataría de "adscribirse al ´club filosófico` que mayor porcentaje de certeza arroja, y ´rellenar los huecos` con los porcentajes de acierto minoritarios que hemos recabado en otros clubes".

Sí, sé que, cuando se trata de política o sociología, es descabellado pretender la completa objetividad científica, pero por algo existen distintos niveles de "dureza" en las ciencias; y por muy "blanda" que sea la que nos ocupa, no es excusa, de ningún modo, para no perseguir esa objetividad HASTA DONDE SE PUEDA. Y créanme que es factible, MÁS QUE FACTIBLE, reducir en el futuro el nivel de subjetividad que domina el espectro político. (Nivel de subjetividad aún enormemente infravalorado, pues en ocasiones, se acerca a la pura neurosis.)



En la línea de mis habituales salidas de tiesto
abogo, desde aquí, por crear una Escuela Objetivista
que impulse una suerte de 
Pensamiento Neo-Ilustrado.

***


[Nota: Para los que no hayan reconocido a alguno de los personajes en las fotos que aparecen al principio, se trata de (empezando por arriba): Alain De Benoist, Fernando Sanchez Dragó, y José Ortega y Gasset. Los tres, más que dignos candidatos a convertirse en referencia para esa futura Escuela Objetivista de Neo-Ilustrados.)


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